"La infancia y la adolescencia es la etapa de la vida donde se consolidan comportamientos que van a influir durante el resto de etapas. Es por ello que es necesario identificar los problemas que puedan surgir durante este periodo para evitar un desarrollo psico-social inestable"
La terapia infantil consiste en una secuencia de sesiones, en las que el psicólogo va trabajando con el niño/a diferentes aspectos de su problemática.
Las sesiones se realizan normalmente a través del juego y de otras actividades relacionadas con el problema que presenta el niño.
Según sea el trastorno, así será la duración y la frecuencia de estas sesiones, que podrán ser realizadas individualmente o en grupo, según la conveniencia de cada caso.
En muchas ocasiones, se nos hace difícil saber en qué momento es necesario pedir ayuda o consejo de un profesional. Uno se resiste quizás porque considera que no le van a decir nada nuevo, o que en caso de hacerlo será como poner en entredicho su capacidad como madre/padre o como adulto incapaz de resolver determinado problema.
Pedir ayuda, no sólo como padre, sino también desde cualquier rol o situación que la vida nos plantea es una actitud de lo más madura y consciente, propia de alguien que usa su decisión y los medios a su alcance para afrontar determinada problemática.
Siempre llega el punto en el que no sabemos si es suficiente o no lo que nos está ocurriendo, a nosotros o a nuestros hijos, como para consultar a un especialista; ese punto o límite es algo totalmente individual y subjetivo, que queda marcado de forma distinta por cada persona.
- Evaluación y psicodiagnóstico de problemas emocionales, conductuales, de personalidad, escolares, etc-.
- Presentación de la terapia más adecuada.
- Intervención.
- Sesiones de seguimiento.
- Exploración de la personalidad.
- Evaluación psicopedagógica.
- Coeficiente intelectual.
- Identificación de problemas de aprendizaje.
- Habilidades sociales.
- Déficit de Atención, con o sin hiperactividad.
- Dislexia, discalculia, disgrafía.
- Fracaso Escolar.
- Agresividad.
- Miedos y Fobias.
- Timidez/Aislamiento.
- Separación.
- Diferentes problemas evolutivos y madurativos del niño/a.
- Reeducaciones (Comprensión, expresión, hábitos de estudio, etc.).
- Dislexia (lenguaje), discalculia (cálculo), disgrafía (escritura), disortografia (ortografia).
- Dificultades de lecto-escritura.
- Retraso del habla.
- Problemas de lateralidad.
- Dispersión.
- Pautas psicoeducativas dirigidas a dificultades concretas.
- Separación, divorcio.
- Adopción.
- Crisis de adolescencia.
El profesional está ahí para ayudarle, no para juzgar sus actitudes y comportamientos; su función no va a ser recriminatoria, pues no se trata de un juez moral.
Alguien, especializado en el tema, y que puede valorar desde fuera lo que a su hijo le está ocurriendo, será quien le pueda ofrecer más elementos para afrontar la situación que le preocupa.